En la tradición celta o cristiana, el muérdago era una planta revestida de mágicas connotaciones. Los druidas celtas lo buscaban en las copas de los robles sagrados en la sexta noche lunar. Lo cortaban con una hoz dorada, entre ritos y oraciones, en la creencia de que protegería a sus poseedores de todos los males, y que les proporcionaría vitalidad y fertilidad. Durante la Edad Media, sus ramas se colgaban de los techos y puertas de casas y establos para protegerlos de los espíritus del mal y de la entrada de brujas. Ritos y prácticas que han llevado a la costumbre de utilizarlo en nuestros días como adorno navideño, símbolo de dicha y protección.

Al margen de las propiedades mágicas que se la han atribuido a lo largo de la historia, el muérdago o Viscum album es una planta de la familia de las lorantáceas que se puede encontrar en Europa, Asia y algunas zonas del continente africano. Semiparásita de diferentes árboles o arbustos como pino, manzano o álamo, puede llegar a convertirse en arbusto y alcanzar el metro de altura.

En sus hojas y ramas se encuentra la «magia» de sus propiedades terapéuticas, que debe a la presencia en su composición de viscotoxinas, proteínas con acción estimulante sobre el sistema inmune; alcaloides, sustancias químicas producidas por las plantas; y lectinas, moléculas complejas que contienen proteínas y azúcares.

La propiedad más destacada del muérdago es su capacidad para estimular el sistema inmune, por lo que ha sido considerado como «Modificador de la Respuesta Biológica», un privilegiado grupo en el que se encuadran una serie de sustancias biológicas que, utilizadas individualmente o en combinación con otros agentes, estimulan la respuesta del organismo a la infección y la enfermedad.

Existe un extenso cuerpo de estudios clínicos que sustenta las propiedades inmunoestimulantes del muérdago, que han demostrado mejoras en diferentes respuestas inmunes específicas. Pero el muérdago también posee una poderosa acción antioxidante como se encargó de poner de relieve un estudio desarrollado en 2006 por investigadores rumanos que, además, constató que son las hojas más jóvenes de la planta las que mayor riqueza en antioxidantes presentaban.

Los numerosos estudios clínicos existentes en torno al muérdago (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed?term=viscum%20album) ponen de relieve que esta planta encierra en sí propiedades terapéuticas de primer orden y que, al margen de misticismos y creencias, es ahí precisamente donde reside su magia.