Las enfermedades neurodegenerativas son un grupo de trastornos caracterizados por una pérdida gradual de neuronas, lo que hace que se torne especialmente importante el desarrollo de agentes neuroprotectores eficaces. En los últimos tiempos, se está produciendo un creciente interés en seleccionar compuestos flavonoides como potenciales agentes neuroprotectores, debido a su eficacia y a sus escasos efectos secundarios. La baicalina, que se aisla principalmente de la escutelaria (Scutellaria baicalensis), es uno de ellos.

La escutelaria es otra de esas plantas que cuenta con muy alta consideración en la Medicina Tradicional China, en la que forma parte de un selecto grupo de medio centenar de especies a las que se conoce como 50 hierbas fundamentales. A partir de ella, se han aislado más de 50 compuestos flavonoides, entre los que destaca la baicalina, que ha sido sometida a múltiples estudios tanto in vitro como in vivo, que han puesto de relieve que posee un potente efecto neuroprotector.

Recientemente, científicos pertenecientes a la Universidad Nacional Kangwon, en Corea, han realizado una recopilación de investigaciones existentes en torno a los efectos neuroprotectores y a nivel cognitivo de la baicalina, así como a sus mecanismos moleculares.

Las distintas investigaciones publicadas en torno a este flavonoide a lo largo del tiempo revelan que posee un amplio abanico de acciones: antioxidante, antiinflamatoria y antiapoptótica (preventiva de un tipo de muerte celular conocida como apoptosis), entre otras. Además, la baicalina promueve la formación de nuevas células en el sistema nervioso central, un proceso conocido como neurogénesis, y la diferenciación celular.

En sus conclusiones, los autores del estudio señalaron que la baicalina es un candidato potencial en el tratamiento y la prevención de distintas enfermedades neurovegetativas, y para la mejora de las funciones cognitivas.