La ashwagandha, cuyo nombre botánico es Withania somnifera, es conocida como «ginseng indio», dado que sus propiedades medicinales son similares a las del ginseng. Pertenece a un grupo de plantas denominadas adaptógenos, debido a su capacidad para aumentar la resistencia al estrés físico y emocional. Con este fin se ha empleado en la medicina ayurvédica, y también para mejorar la memoria y el conocimiento.

Con el objeto de verificar tanto esta última propiedad como su seguridad, científicos indios realizaron un estudio con 50 adultos aquejados de deterioro cognitivo leve (MCI, por sus siglas en inglés), a los que se administró o bien un extracto de raíz de ashwagandha, o bien un placebo, durante un periodo de ocho semanas.

Transcurrido ese tiempo, los autores del estudio observaron mejoras significativas en los primeros frente a aquellos a los que se administró el placebo, tanto en términos de memoria general y memoria inmediata, como de atención sostenida y velocidad de procesamiento de la información, lo que se evidenció en distintas pruebas a las que fueron sometidos. Los resultados obtenidos permitieron a los investigadores ratificar el potencial terapéutico de la ashwagandha en las áreas indicadas de aquellas personas que padecen MCI.