Hasta los 40, apoyar nuestra alimentación con los suplementos dietéticos adecuados resulta muy necesario; a partir de esa edad, es, probablemente, imprescindible. Con el paso del tiempo, nuestro organismo se va volviendo más vulnerable y, por ello, mantenerlo a salvo de las diferentes amenazas que lo ponen en peligro, previniendo su aparición, debe ser una máxima de comportamiento saludable.
A continuación, vamos a conocer un poco más acerca de determinados principios activos que si ya por separado demuestran su eficacia, utilizados de forma conjunta ejercen una acción muy positiva en el organismo, especialmente durante la madurez.
• Jalea real. Es una sustancia viscosa segregada por las abejas obreras y nodrizas. Cuenta con una composición realmente prodigiosa, en la que encontramos desde vitaminas del grupo B, PP, A, C, D y E, a minerales, oligoelementos y aminoácidos, que es responsable de suspropiedades energizantes, inmunoestimulantes y antibacterianas.
• Coenzima Q10. Es una molécula con propiedades similares a las vitaminas, pero que, al producirse en el organismo de manera natural, no es considerada como tal. También se la conoce como ubiquinona. Se concentra en la mitocondria y juega un papel fundamental en la generación de energía química a través de su intervención en la producción de Adenosdin Trifosfato (ATP), conocida como la “divisa de energía”, por ser una molécula que participa en las transacciones de energía. La CoQ10 también actúa como antixodante, al inhibir la peroxidación de lípidos y proteínas, y eliminar los radicales libres. La capacidad del organismo para producirla decrece con el tiempo, con lo que se hace necesaria una suplementación para obtenerla, bien a través de la dieta o de complementos dietéticos.
• Policosanol. Es un conjunto de compuestos activos formado, principalmente, por alcoholes alifáticos. Diversos estudios han demostrado que en combinación con una dieta saludable y ejercicio moderado es seguro y beneficioso para aquellas personas sanas que quieran mantener los niveles de colesterol en unas tasas normales.
• Reishi. Se trata de un hongo que la Medicina Tradicional China ha empleado durante milenios. Se le conoce como hongo de los 1.000 años, en clara alusión a su efecto potencial sobre la longevidad. Contiene polisacáridos que le proporcionan actividad antitumoral e inmunoestimulante. Asimismo, se le atribuyen propiedades hipotensoras e hipocolesterolemiantes.
• Ácidos grasos Omega-3. Con este nombre se conoce a un conjunto de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga que no se pueden sintetizar en el organismo, y únicamente se obtienen a través de la dieta. Poseen múltiples propiedades beneficiosas para el organismo, entre ellas, disminuyen la tasa de colesterol en sangre, así como los niveles de tensión arterial, actúan beneficiosamente sobre la función inmunológica y mantienen la salud neuronal.
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