Descubiertas por el médico alemán Willhelm Heinrich Schüssler, a quien deben su nombre, las sales de Schüssler son 12 sales minerales dosificadas en cantidades mínimas, pero suficientes para estimular o restaurar las funciones corporales y corregir ciertos trastornos funcionales del organismo.

Basándose en los principios de la medicina homeopática, la cual ejerció durante 15 años, el Dr. Willhelm Heinrich Schüssler se vio muy influenciado por un colega contemporáneo suyo, Rudolf Virchow, considerado el padre de la patología moderna, defensor de la célula como unidad elemental desde el punto de vista fisiológico y patológico, hasta el punto de que comenzó a realizar sus investigaciones sobre la base del conocimiento celular en la causa de las enfermedades y su tratamiento.

El Dr. Schüssler centró su atención en las sales minerales y los oligoelementos, descubriendo que existen 12 sales minerales, muy importantes para el funcionamiento del organismo. Sobre este hallazgos, desarrolló un método para procesar las sales minerales homeopáticamente, de forma que puedan ser asimiladas por el cuerpo de manera correcta.

No obstante, el nuevo método, que el Dr. Schüssler bautizó como bioquímica, se diferencia claramente de la homeopatía al no aplicar el principio de similitud, fundamental en el caso de esta.

Principios básicos y funcionamiento
El método terapéutico se basa en el hecho de que todo organismo vivo contiene una importante estructura mineral; en el caso del cuerpo humano, se concentra tanto en la sangre como en todas sus células. Si los tejidos corporales no reciben de la sangre la cantidad adecuada de cada una de las 12 sales, se altera el movimiento molecular de las sales en los tejidos y, en consecuencia, se desequilibra el funcionamiento de las células y su metabolismo, lo que dará lugar a las enfermedades.

En cuanto al funcionamiento, nuestro organismo se compone de órganos constituidos por diferentes tejidos, en los que encontramos células, y entre ellas los espacios intercelulares, llenos de un líquido del que las células toman los nutrientes necesarios para vivir. Parte importante de estos nutrientes lo constituyen las sales minerales, acumuladas a un lado y otro de la membrana celular, equilibrando su potencial eléctrico. Con ello, consiguen que los demás nutrientes celulares realicen su función; de este modo, el metabolismo celular se produce correctamente, permitiendo a las células mantenerse vivas.

Indicaciones
Cada una de las 12 sales presenta una acción concreta, resultando de aplicación para determinadas alteraciones orgánicas:

Sal de Schüssler 1. Calcium fluoratum (fluoruro de calcio). Tiene acción tensora y reafirmante de los tejidos. Indicada para varices, alteraciones de los tendones y ligamentos.
Sal de Schüssler 2. Calcium phosporicum (fosfato de calcio). Es la más abundante en el organismo. Refuerza el sistema óseo. Indicada en casos de osteoporosis y fracturas.
Sal de Schüssler 3. Ferrum phosporicum (fosfato de hierro). Posee acción oxigenante, por lo que resulta apropiada cuando hay falta de energía, defensas bajas o anemia.
Sal de Schüssler 4. Kalium chloratum (cloruro potásico). Antiinflamatoria en caso de procesos agudos. Indicada en caso de lateraciones respiratorias, tos, catarro o enfriamientos.
Sal de Schüssler 5. Kalium phosphoricum (fosfato potásico). Es reguladora del sistema nerviosos, siendo adecuada en casos de depresión, ansiedad, nerviosismo, insomnio o estrés.
Sal de Schüssler 6. Kalium sulphuricum (cloruro potásico). Tiene acción antiinflamatoria en procesos crónicos. De aplicación en casos de bronquitis, asma, sinusitis u otitis.
Sal de Schüssler 7. Magnesium phosphoricum (cloruro de magnesio). Acción analgésica y antiespasmódica. Apropiada en casos de dolores y espasmos.
Sal de Schüssler 8. Natrium chloratum (cloruro de sodio). Sal recuperadora de líquidos, es útil en casos de deshidratación, anemia, lagrimeo o debilidad general.
– Sal de Schüssler 9. Natrium phosphoricum (fosfato de sodio). Posee acción depurativa, por lo que resulta indicada en casos de exceso de colesterol, triglicéridos, ácido láctico o ácido úrico.
Sal de Schüssler 10. Natrium sulphuricum (sulfato de sodio). Expulsa los líquidos excedentes del cuerpo. Indicada para retención de líquidos, edemas, obesidad o litiasis.
Sal de Schüssler 11. Silicea (silicio). Actúa sobre la piel, cabello y uñas, resultando adecuada en casos de pieles apagadas, cabello frágil o uñas quebradizas.
Sal de Schüssler 12. Calcium sulphuricum (sulfato de calcio). Regeneradora del tejido conjuntivo, es indicada para supuraciones, acné, alergia o quemaduras.