Las enfermedades del Sistema Nervioso Central han ido cobrando mayor trascendencia a medida que la sociedad se ha ido sensibilizando contra este tipo de enfermedades, presentes sobre todo en nuestros mayores. Nos centramos en tres activos en los que se ha puesto el foco en recientes estudios: la Bacopa, el comino negro y la fisetina.

La Bacopa es una planta nativa de la India y Australia cuyas propiedades curativas han sido reconocidas por numerosos estudios clínicos, como el de la Escuela de Ciencias Biofísicas de Victoria, en Australia, en el cual tomaron parte 46 voluntarios sanos de entre 18 y 60 años. Divididos en dos grupos, el primero de ellos recibió un extracto de Bacopa, mientras que al otro se le administró un placebo. Pasados tres meses se observó que, quienes recibieron extracto de bacopa presentaron importantes mejoras en cuanto al aprendizaje verbal, la velocidad en el procesamiento de la información y la consolidación de la memoria, respecto a aquellos que recibieron placebo.

En otro estudio publicado recientemente en la prestigiosa PubMed (servicio ofrecido por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos) se concluía que la Bacopa inhibía la liberación de citoquinas inflamatorias de las células microgliales e inhibía los enzimas asociados a la inflamación del cerebro.

En otras palabras, la Bacopa posibilitaba limitar la inflamación en el Sistema Nervioso Central, ofreciendo una prometedora fuente de terapias novedosas para el tratamiento de sus múltiples desordenes.

El Comino negro, cuyo nombre científico es Nigella Sativa L., es una planta de floración anual empleada en la medicina tradicional del lejano Oriente para el tratamiento de asma, obsesidad, dolor de espalda, cefaleas e hipertensión, entre otros. Dentro de sus principios activos, el componente más importante encontrado es la timoquinona, un fitoquímico que se encuentra en las semillas de esta planta.

En 2013, se publicó un estudio realizado en Irlanda (Bin Sayed et al.) con ancianos, que pone de relieve una mejoría en las funciones cognitivas tras la administración de 5600 mg de Comino negro, dos veces al día durante 9 semanas y que muestra que no hay modificaciones analíticas de marcadores hepáticos, cardíacos y renales susceptibles de toxicidad. Dicho estudio concluye que mejora la memoria, la atención y la función cognitiva.

En base a los estudios realizados sobre el efecto de la timoquinona en el Sistema Nervioso Central, las semillas de esta planta pueden tener aplicación en situaciones en las que se observa un empeoramiento de la memoria y de las funciones intelectuales.

Por su parte, la Fisetina es un flavonoide, una molécula que se encuentra en frutas y vegetales bastante comunes como fresas, manzanas o cebollas, y que tiene una potente acción neuroprotectora y antioxidante. Esta mejora en la actividad neuroprotectora tiene su reflejo en:

  • Mejora la memoria a largo plazo
  • Protección contra el daño por isquemia-reperfusión
  • Efecto antidepresivo
  • Antioxidante
  • Aumento de los niveles intracelulares de glutación
  • Supresión de la activación intracelular de las células inmunitarias

Combinados estos tres activos (Bacopa, Comino negro y Fisetina), tenemos ante nosotros una prometedora fuente de terapias en los desórdenes del Sistema Nervioso Central que van a permitir una mejora en el rendimiento intelectual y funcionamiento del sistema nervioso en pacientes susceptibles de ser afectados.