La acumulación de grasa en el abdomen es uno de los principales estéticos desde el punto de vista masculino. Realizar actividad física, cuidar la dieta y complementarla con la suplementación adecuada son estrategias que ayudan a moldear el vientre ahora que estamos a punto de comenzar el verano… y toca pasar revista.

En lo que se refiere a la suplementación, vamos a conocer un poco más sobre la faseolamina y la L-carnitina, dos ingredientes que. combinados en un mismo producto y junto a otros, pueden facilitar la consecución del objetivo propuesto: reducir centímetros del perímetro abdominal.

La faseolamina es una proteína obtenida de la vaina de la judía blanca (especie Phaseolus vulgaris). Su característica más importante es que posee la capacidad de inactivar la enzima alfa-amilasa, responsable de transformación de los hidratos de carbono ingeridos en glucosa. Esta enzima, liberada por el páncreas y presente en la saliva, actúa durante el proceso de digestión, convirtiendo los hidratos de carbono ingeridos en azúcares. Al producirse su inhibición, los hidratos no se digieren y se liberan directamente hacia el intestino para su expulsión a través de las heces. Todo ello va a redundar en una reducción de la absorción de las calorías, lo que a su vez, se reflejará en una pérdida de peso y volumen. Es importante que, junto a la utilización de suplementos con faseolamina, no se produzca un aumento calórico procedente de proteínas y grasas, frente a las que no actúa, porque entonces no se conseguirían los efectos deseados.

La L-carnitina es una sustancia, por decirlo en un lenguaje común, a medio camino entre las vitaminas y los aminoácidos. Se sintetiza en el hígado y los riñones a partir de dos aminoácidos esenciales, lisina y metionina. Su principal función es la de transportar los ácidos grasos de cadena larga e introducirlos en la mitocondria, estructura celular responsable de la producción de energía necesaria para que el cuerpo lleve a cabo sus funciones. A través de un proceso conocido como ß-oxidación, las cadenas grasas se rompen y transforman en Acetil CoA, entrando en un proceso conocido como ciclo de Krebs, cuyo resultado es la obtención de ATP (adenosin trifosfato), una molécula compleja que produce energía para nuestro organismo. Esa capacidad de la L-carnitina para transformar las grasas en energía la hace especialmente atractiva para quienes desean «quemar» tejido adiposo.

No obstante, junto a la acción de estos dos ingredientes activos, es preciso incidir una vez más en la importancia que, de cara a reducir peso y volumen, revisten tanto una alimentación equilibrada como la práctica regular de ejercicio a lo largo de todo el año, para que, llegado el momento, podamos «presumir» de tipo durante el verano.