El desmodium, cuyo nombre botánico es Desmodium adscendens, es una planta que crece en África Ecuatorial y en la selva del Amazonas. Durante siglos, los nativos de esas zonas lo han empleado a nivel terapéutico para una amplia variedad de tratamientos, entre ellos el asma, la bronquitis, la ictericia, la hepatitis o trastornos de tipo digestivo, algo que siguen haciendo en la actualidad.

Se trata de una planta leguminosa herbácea que crece en estado salvaje. Es perenne y parásita, sobre todo de arbustos y palmeras, y las partes que se utilizan con una finalidad terapéutica son las hojas y el tallo, que se recolectan tras la floración. Entre sus principios activos hay saponinas triterpénicas y alcaloides indólicos.

El desmodium presenta un alto contenido en proteínas y minerales como azufre, calcio, cobre, fósforo, hierro, magnesio o zinc. También hay que mencionar, en lo que a su composición química se refiere, determinados ácidos grasos como el láurico, oleico, linoleico o araquidónico, entre otros.

Desde el punto de vista terapéutico, la cualidad más sobresaliente del desmodium es su capacidad para el tratamiento de las alteraciones hepáticas y biliares, siendo altamente efectivo para la recuperación de casos de hepatitis, prevención de la cirrosis hepática, descenso en el nivel de las transaminasas o fluidificación o expulsión de bilis, lo cual ha quedado científicamente verificado a través de diferentes estudios clínicos.

En el caso de la hepatitis vírica, en un estudio realizado con 34 pacientes, su administración consiguió normalizar el color de la orina e hizo disminuir los niveles de transaminasas GOT y GPT de manera sensible tras cinco días de tratamiento.

Otro aspecto destacable del Desmodium adscendens es su capacidad antioxidante y para combatir los radicales libres, causantes estos últimos de muchas enfermedades y trastornos del organismo, lo que incrementa sustancialmente su valor terapéutico (François Nsemi Muanda, Jaouad Bouayed, Abdelouaheb Djilani, Chunyan Yao, Rachid Soulimani, and Amadou Dicko, “Chemical Composition and, Cellular Evaluation of the Antioxidant Activity of Desmodium adscendens Leaves,” Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, vol. 2011, Article ID 620862, 9 pages, 2011. doi:10.1155/2011/620862).

Una de las utilizaciones tradicionales del desmodium en un país africano, Ghana, como tratamiento del asma bronquial, atrajo la atención de la comunidad científica, lo que dio pie a la realización de varios estudios clínicos, en los que se encontró que impedía la producción de muchos de los compuestos químicos que se producen normalemente durante un ataque de asma: los espasmógenos, que provocan contracciones en los pulmones; histamina, que dispara la respuesta alérgica; y leucotrienos, que estimulan la broncoconstricción e incrementan la producción de mucosidad en las vías respiratorias.

Para terminar, en favor del desmodium juega también el hecho de que carece de toxicidad y de efectos secundarios indeseables.