El cannabidiol (CBD) es un cannabinoide no psicoactivo (no altera el sistema nervioso central) derivado del cannabis que in vivo e in vitro ha demostrado diferentes propiedades terapéuticas: antidepresivas, ansiolíticas o antiinflamatorias. Con el fin de analizar sus propiedades neuroprotectoras, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad china de Fudan estudiaron sus potenciales mecanismos a ese nivel, en un modelo in vitro.

El estudio encontró potentes efectos neuroprotectores en el CBD sobre distintas implicaciones que se producen al hilo de un episodio de isquemia cerebral, una condición clínica consistente en la reducción del flujo sanguíneo cerebral a niveles insuficientes para mantener el metabolismo normal.

Inflamación y estrés oxidativo

La isquemia cerebral está involucrada en muchas enfermedades serias como el derrame, el paro cardiaco o el paro respiratorio. Su tratamiento implica, a menudo, la restauración del flujo sanguíneo en el menor tiempo posible, pero esto puede producir inflamación y daño provocado por estrés oxidativo en el área afectada, dada la ausencia de oxígeno y nutrientes durante el periodo de isquemia cerebral.

Fue precisamente el hecho de que en anteriores investigaciones el CBD ya apuntara hacia unas potenciales propiedades neuroprotectoras para el tratamiento de alteraciones neurodegenerativas lo que llevó a los científicos chinos a desarrollar su estudio clínico, que ha venido a confirmar esa aplicación terapéutica del CBD. No obstante, los investigadores también apuntaron que se requieren más estudios que ahonden en los mecanismos que se encuentran detrás de esos efectos del CBD.

No solo a nivel interno, también a nivel tópico el CBD ha demostrado su eficacia en el tratamiento del dolor y la inflamación producidos por la artritis, como se puso de relieve en una investigación desarrollada en la Universidad estadounidense de Kentucky en 2016.